Encuéntranos en Google+. Las estrellas 1: Formación ~ El gato cuántico

lunes, 12 de marzo de 2012

Las estrellas 1: Formación


Alfa Centauri, sistema estelar triple: el más cercano a la Tierra

Terminamos con el Sistema Solar, y quizá alguien se haya preguntado… ¿y el Sol? Lo dejamos atrás para incluirlo en esta nueva serie: las estrellas. Es asombroso, visto desde nuestra perspectiva, que el considerar al Sol como una estrella tardara siglos en imponerse como idea, y tardamos mucho más aún en aceptar que no era una estrella especial, que no tiene nada distintivo ni es el centro del Universo. Pero dejemos su descripción para la próxima entrada. La secuencia que seguiremos es igual a la del Sistema Solar: partiendo desde lo más cercano, iremos describiendo estructuras cada vez mayores: estrellas, la Vía Láctea, los supercúmulos, etcétera.

Comencemos por lo básico: ¿qué es una estrella y cómo se forma? (antes que nada, aclaro que vamos a prescindir de detalles excesivamente complicados en aspectos como las reacciones nucleares). En el inicio de cada estrella encontramos una nube de gas de hidrógeno molecular, esparcida en el espacio. Estas nubes son sacudidas, de vez en vez, por explosiones de supernovas o colisiones entre galaxias, lo cual desencadena un proceso imparable. A consecuencia de esto, la nube se desestabiliza gravitatoriamente, y comienza el colapso: la gravedad hace que empiece a contraerse, como si se desmoronara sobre sí misma (recordemos que, en última instancia, no hay fuerza capaz de resistir a la gravedad). 

Nubes de gas en M16, región de nacimiento estelar
Este proceso, haciendo que los átomos del interior de la nube choquen entre sí , inicia la fusión nuclear del hidrógeno, que se combina para formar helio. En el momento en que la fusión genera la suficiente presión y temperatura podemos decir que “nace” la estrella, entrando en lo que llamamos “secuencia principal”, que dura más o menos el 90% de su existencia. Al inicio de su vida una estrella similar al Sol contiene aproximadamente un 75% de hidrógeno y 23% de helio. El 2% restante lo forman elementos más pesados, aportados por estrellas que murieron antes que ella. A partir de este momento, el astro estará en un delicado equilibrio entre dos fuerzas: la nuclear, que trata de hacer que la estrella se expanda, y la gravedad, que trata de aplastarla sobre sí misma.

Una estrella típica se divide en núcleo, manto y atmósfera. En el núcleo es donde se producen las reacciones nucleares que generan su energía. El manto transporta dicha energía hacia la superficie y finalmente, la atmósfera es la parte más superficial de las estrellas y la única que es visible, siendo además la zona más fría de las estrellas (en ellas se producen los fenómenos de eyección de materia). Se divide en cromósfera, fotósfera y corona solar. La corona supone una excepción a lo dicho ya que la temperatura vuelve a aumentar hasta llegar al millón de grados por lo menos. Pero es una temperatura engañosa. En realidad esta capa es muy poco densa y está formada por partículas ionizadas altamente aceleradas por el campo magnético de la estrella. Sus grandes velocidades les confieren a esas partículas altas temperaturas.
R136a1, la estrella más grande conocida

A lo largo de su ciclo las estrellas experimentan cambios en el tamaño de las capas e incluso en el orden en que se disponen, dependiendo tanto de la masa como de la fase de fusión en que se encuentre. Asimismo, el núcleo también puede modificar sus características y su tamaño a lo largo de su evolución. La edad de la mayoría de las estrellas oscila entre 1000 y 10 000 millones de años; aunque algunas estrellas pueden ser incluso más viejas. La estrella observada más antigua, HE 1523-0901, tiene una edad estimada de 13 200 millones de años, muy cercana a la edad estimada para el Universo, de unos 13 700 millones de años.


En la próxima entrada veremos cómo se clasifican las estrellas, una tarea que llevó muchos años de un trabajo ingrato y muchas veces anónimo.




Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...