Encuéntranos en Google+. Sistema Solar II: Venus ~ El gato cuántico

domingo, 5 de febrero de 2012

Sistema Solar II: Venus


Pocos cuerpos celestes han cautivado tanto la imaginación como Venus, el lucero del alba. Brillante como una joya en el atardecer o el amanecer, siempre ha cautivado la imaginación de la humanidad. Hasta hace relativamente poco tiempo (hablando en términos históricos) el hecho de que su superficie está cubierta de nubes permanentemente dio pábulo a las imaginaciones más extravagantes: ¿que podría causar esas nubes? Quizá bajo ellas había mares o inmensas selvas, llegando las imaginaciones febriles a poblar esos supuestos pantanos venusinos con dinosaurios u otras criaturas extraordinarias. Finalmente, se ha sabido la verdad, que como de costumbre es más extraordinaria que la ficción.

Venus ha resultado ser un horno, un infierno inimaginable para los terrestres: tiene una presión atmosférica 94 veces superior a la terrestre y la mayor de los planetas rocosos.  Además, posee una característica extraña para nosotros: gira sobre su eje al revés que la Tierra, por lo cual veríamos al Sol levantarse por el oeste. Pero para nosotros lo verdaderamente letal sería la atmósfera: compuesta de dióxido de carbono y nitrógeno, produce un efecto invernadero (¿os suena?) que mantiene la superficie a 464º, y está formada por gotas de ácido sulfúrico y azufre, creando un entorno letal para cualquier tipo de vida conocida. La geología del planeta consiste en enormes llanuras, con sólo dos grandes masas a modo de mesetas: Ishtar Terra al norte y Aphrodite Terra al sur, siendo las llanuras una masa de basalto al parecer de origen volcánico.

Venus fue visitado a menudo por las sondas espaciales humanas. Las Venera rusas y las Mariner norteamericanas han tocado suelo en varias oportunidades, transmitiendo datos de incalculable valor, siendo seguidas por las Pioneer y las Vega; estas últimas desplegaron globos sonda que operaron en la difícil atmósfera durante casi 60 horas. La sonda Magallanes cartografió el 98% del planeta, y fue seguido por la Venus Express de la Agencia Espacial Europea y la Akatsuki de JAXA, la agencia japonesa, que hace poco tiempo falló su encuentro por un problema en la propulsión.

Así pues, cuando levantéis la vista en el atardecer y veáis la resplandeciente joya colgada en el cielo oscurecido, podéis pensar que la diosa del amor, allá arriba, es seductora, pero fatal.
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